Uno de los numerosos Kit Kat japoneses de sabores, en nuestro tren de Kioto a Tokio.Kit Kat de té verde matcha. Muy logrado.
Y después de nuestra estancia en Kioto, que puedes leer aquí en tres interesantes entregas ¡nos vamos a Tokio!
Llegamos en tren a la estación central (Tokio) y, de ahí, con la línea verde circular de Yamanote (que conecta todas las líneas de metro y está incluida en el JRPass), a la estación de Shinjuku (que era el barrio donde nos alojábamos). Dicen que es la estación más transitada del mundo.
Desde luego, la cantidad de gente que te encuentras cuando llegas impresiona. Y es que, el primer impacto con el metro de Tokio es increíble. Entras en otra dimensión. Perfectamente organizado aunque, al principio, te encuentras como una hormiga que ha perdido su fila.
Una vez que te sincronizas con el resto de pasajeros, es muy fácil usarlo y moverse (no tanto salir a la superficie ;-)). Si la línea que quieres usar no está incluida en el JRPass, podrás comprar el billete correspondiente en las máquinas expendedoras.
Ah, la estación Shinjuku está conectada con el Narita Express, que te lleva directamente al aeropuerto. Así que Shinjuku no es mal lugar para alojarse y pasar las noches por el barrio después de haber recorrido durante el día otros barrios especiales que os iremos contando.
Como veis, cada uno en su sitio y por su orden. Es muy importante el respeto por los demás. Mucho que aprender en otros lares.
Os iremos contando nuestra estancia por barrios. Son 23 distritos y, naturalmente, no los visitamos todos en 3 días pero sí bastantes más de los que creíamos. Moverse por Tokio con el metro es realmente cómodo.
zona SHINJUKU
Como os decíamos, aquí teníamos nuestro hotel. Zona de negocios, ocio y rascacielos, con muchas facetas diferentes: trabajadores que comen y beben en izakayas (pequeños bares canallas) donde acaban al terminar sus (larguísimas) jornadas laborales, karaokes, entretenimiento adulto, clubes, tiendas gourmet, de ropa, de electrónica. En este post os contamos lo que vimos. Los enormes pasos de peatones de Tokio
Aquí abajo, el edificio metropolitano (algo equivalente al Ayuntamiento) también llamado Tocho y en donde trabajan 13.000 funcionarios. Tiene dos torres a las que se puede subir para disfrutar de preciosas vistas desde casi 250 m de altura (se alternan para abrir, no están abiertas simultáneamente). La subida es gratuita y también es interesante de noche. En la segunda planta tenéis una oficina de turismo. Aquí tenéis un post con información muy completa y buenas fotos.
Japón: modernidad y tradición. Pudimos ver las mascotas de los próximos JJOO 2020 (un poco feas ¿no?) y también los resultados de las enseñanzas del Shodo (caligrafía japonesa) con el simpático "I want drink beer" ;-)
En este barrio hay multitud de rascacielos y torres como la Mode Gauken Tower, la Tokyo Opera City y también está el Hotel Hyatt Park, célebre a raíz de la película Lost in Translation.
El centro de Shinjuku es el Barrio Rojo - Kabukicho, con multitud de oferta de ocio, tiendas, bares, restaurantes -algunos de ellos temáticos, como el Robot restaurant- locales nocturnos, love hotels y muchos locales de entretenimiento adulto. Parece ser que, en algunos casos, está gestionado por la mafia japonesa o yakuza pero nos pareció en general una zona divertida y segura y con mucha gente. Pero siempre es bueno tener precaución si intentan embaucarte con algo. Nosotros no tuvimos ningún problema.
El edificio del centro comercial donde está la escultura Godzilla y vistas del barrio con sus rascacielos, neones y anuncios luminosos
Entretenimiento de todo tipo
El que está sentado al lado no es un robot ;-)
En este restaurante temático de robots donde se mezcla tradición y el mundo manga había un montón de gente, en su mayoría turistas. No es algo que nos atraiga pero parece que gusta. Up to you!.
En Tokio también se le puede dar al sake. En este local encontramos a estas simpáticas camareras y también varios clientes muy parlanchines, algo poco habitual porque suelen ser muy solitarios y reservados.
Comer no fue un problema. Se puede comer cualquier cosa y a cualquier hora. El problema muchas veces era apañarse con esas sopas y sus palillos.
Muchas pandillas y mucha gente joven. Y mucha, mucha vida nocturna.
Una peculiar bebé grande. Look total rosita.
Dos destilados nacionales: sake (frío o caliente) y whisky. A veces son más baratos que las cervezas.
Cómo les gustan los peluches, las muñecas y las chorradas. Hay locales repletos de máquinas donde jugar a pillar cosas con las pinzas, como cuando éramos pequeños en el Parque de Atracciones o similares.
Y que no falte el hipnótico Pachinko, es como una droga. Un juego solo para japoneses. Consiste en introducir bolas metálicas en las máquinas. Estas van cayendo en sitios que pueden ser con o sin premio. Los premios son artículos que se canjean por dinero en una oficina que hay al lado porque los premios en metálico están prohibidos en Japón.
Otra cosa que probamos en el barrio fue esto de abajo. Hay muchos locales donde comer y beber pero cuidado que algunos son trampas para turistas. Este de abajo no.Yakiniku - carne y verduras que te haces tú mismo en una rejilla. Estaba bien rica aunque, en general, la carne es carísima. Y eso que no era carne de Kobe aunque sí japonesa. Ya os contamos que el tema de la carne de Kobe hay que estudiarlo porque, si no estás bien informado, quizá ¿te den gato por liebre?
Otro lugar imperdible del barrio es Omoide Yokocho, un conjunto de callejones flipante y canalla, lleno de izakayas (tabernas tradicionales). Son minúsculas, humeantes y mugrientas pero son la bomba. En la mayoría de las interesantes, hay que hacer cola y la carta está escrita solo en japonés.
Tuvimos suerte de que en una de las mejores había carta en inglés y podíamos entender algo de toda la apabullante oferta de la zona. Estuvimos dos veces, haciendo cola ambas y, las dos veces, nos cautivó la comida, el ambiente, la autenticidad (incluida la incomodidad de comer realmente pegado al cliente de al lado). Cuando entras en esta y te ven extranjero, te saludan con un "Only pork". Pero claro, del pork (cerdo) pueden ser los higadillos, los riñones, el corazón, la lengua, etc... También otras partes más "nobles" naturalmente. Hay oferta para todos.
Tomamos varios yakitori (pinchos) de diferentes carnes, queso con miso, tofu y unos espléndidos noodles con panceta, limón y pimienta negra. Ñam. Cervezas y también "copas". Mucha gente come bebiendo whisky & soda u otras bebidas alcohólicas combinadas con limón o soda. Todo muy recomendable, si no se es un tiquismiquis.
Como veis en la foto, otra curiosidad es que, además de cocinar a la vista con todo el humo pululando, en los locales se puede fumar (y en las calles no). Pero tienen unos extractores mágicos y cuando sales ¡no hueles!.
Otro callejón en el barrio con casitas bajas y también muchas izakayas es Golden Gai. Estuvimos pero nos gustó menos. Muchos de los sitios cobraban un recargo por beber y varios eran realmente caros. Así que lo vimos pero no volvimos. Si vais, ¡no dejéis de contarnos!
También en el barrio tenéis el bonito Parque de Shinjuku Gyoen y no muy lejos el barrio coreano de Shin-Okubo. La verdad es que nos pareció muy comercial y con pocos sitios con solera. Muchas tiendas y mucho comercio, como veis en las fotos de abajo.
Eso sí, degustamos este estupendo tentempié: creemos que lo llaman Corn Dogs, son como "perritos calientes" de queso fundido rebozados en patatas fritas, con ketchup, mahonesa y ¡azúcar! Están de muerte. Y también podéis encontrarlos en otros barrios de Tokio.
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